Método de forzar las fresas, según se practíca en los Reales jardines de Aranjuez (C. Boutelou)
En ocasiones, los reyes demandaban a sus jardineros productos fuera de temporada y estos tenían que ingeniar sistemas para poder satisfacer los caprichos de su señor. Claudio Botelou nos describe en su "Tratado de la Huerta" un sistema para conseguir estos frutos fuera de temporada que se empleaba en los jardines de Aranjuez y que a continuación transcribimos.
Se forman estacadas fuertes de una vara de alto, que se entretexen con ramas de tara y, para concentrar en ellas el calor, y contener la basura y mantillo con que se preparan las camas calientes propias para este cultivo. Dentro del recinto que ocupan las estacadas, que todas deben tener su exposición al mediodía, se abren dos clases de zanjas, las primeras que están destinadas al plantío, de cuatro pies de ancho, y las otras de tres pies solamente para proporcionar los refuerzos, renovando la basura viva, o quitándola según las circunstancias, á fin de aumentar ó disminuir el grado de calor. Estas zanjas se intercalan con las de fresa, profundizándolas unas y otras á una vara. Desde el seis de Agosto se comenzarán á llenas de estiércol caliente las zanjas de cuatro pies, destinadas para plantar las freseras, cubriendo el lecho de basura con una capa de mantillo de pie y medio de grueso, desando por el pronto sobresalir de la estacada medio pie del mantillo en vista de lo que tiene que rehundir la cama. Es necesaria tanta porción de mantillo para preservar á las raíces de los cepellones grandes de las freseras que toquen de ninguna manera á la basura viva. Luego que llega el mes de Septiembre se escogen entre todos los fresales las plantas de fresa que tengan mas aptitud y disposición para fructificar, atendiendo siempre á que las mas frondosas y de muchas hojas no son las mas fértiles, y que se hallan reunidas todas las calidades de fecundidad en las plantas de tallos gruesos, con pocos vástagos que se arrancan con buenos cepellones. La planta de los fresales de tres años es la que se aprovecha para este cultivo artificial; luego que han acabado de producir sus frutos estas plantas se pierden y se inutilizan para lo sucesivo. Aun en el caso de estar el fresal en terrenos apelmazados, son buenas las plantas con tal de que salgan bien los cepellones, y sin estropear las raíces. Se conducirán sin deshacer los cepellones á los parajes de las zanjas, en que debe hacerse el plantío, limpiándolos ántes de las hojas secas y brozas, y regándolos abundántemente después de plantados.
El plantío se ejecuta en solas dos lineas, á fin de que quepan dos filas de campanas de jardín, con las que debe cubrirse cada golpe, plantando mas de un cepellon si fuesen pequeños. Deben quedar tres dedos de hueco de una campana á otra, dexando este espacio con la mira de que no tropiecen unas con otras, y puedan mas cómodamente cubrirse los golpes de fresa: y se han de echar al rededor de las campanas, en tiempos muy fríos, un lecho de estiércol vivo para mayor resguardo de las plantas. Es necesario hacer sombra á las freseras recién plantadas por espacio de quince ó veinte días, para que el sol no las ofenda y abochorne. Á últimos de Septiembre empiezan algunas plantas á producir flor. Por Octubre se dará principio á calentar los refuerzos, llenando con basura viva las zanjas de tres pies de ancho, que hasta dicha época permanecerán desocupadas. Deben mantenerse cubiertas las plantas con las campanas de día y de noche, bien que en días de buen sol, y sin mucho ayer se quitarán dos ó tres horas durante la mayor fuerza del sol, y si después sigue el calor se dará ventilación en lo restante del día, volviendo a colocar las campanas de noche, y cubriéndolas con mas ó menos basura viva según se halle el temple exterior. Si se experimentasen muchos fríos, ventiscas ó nevadas luego que tengan quaxados algunos frutos, se cubrirán las campanas perfectamente con basura, alzándolas como tres dedos durante el día, después de haberlas desembarazado por el lado del mediodía, sin quitarlas del todo, y solo poniendo un tarugo de madera, ó un ladrillo para sostenerlas.
En los días de sol se alzarán por dos ó tres horas, como ya queda explicado. En tiempo demasiado frio, en que no permite la estación la ventilación correspondiente, se quitarás las campanas de pronto, volviéndolas á poner inmediatamente, y con esto se consigue la renovación del ayer. Los riegos no deben suministrarse con regadera, sino con un puchero, para no rociar las flores, que mojadas se vuelven al punto negras. se repiten todos los días los riegos, desde que muestran flor, á la hora del mediodía; y es necesario templar el agua en los reservatorios, ó bien echando en ella ladrillos ó guijarros muy caldeados, á fin de que no perjudiquen á las plantas de fresa por exceso de frialdad. Se evitará el que se enaguaren las camas, y no se pasará día sin regar; porque, prescindiendo de que apetecen las plantas de fresa la humedad, absorbe y disipamucha parte de los riegos el calor de la basura.