Son frutos parcialmente asurcados debido a sus abundantes cavidades interiores. La carne del tomate rosado es muy tersa y de un sabor excelente. Su punto justo de acidez los hace únicos en su género. Contienen vitaminas C, A, K y las de los grupos B, así como minerales; fósforo, hierro, calcio, magnesio, manganeso, zinc, cobre, potasio y sodio. También presenta carotenoides como el licopeno, responsable del color rojo de los tomates. Es un compuesto soluble en grasas que no formamos en el organismo, sino que debemos obtenerlo mediante la alimentación.
El tomate es un alimento con escasa cantidad de calorías. De hecho, 100 gramos de tomate aportan solamente 18 kcal. La mayor parte de su peso es agua y el segundo constituyente en importancia son los hidratos de carbono. Contiene azúcares simples que le confieren un ligero sabor dulce y algunos ácidos orgánicos que le otorgan el sabor ácido característico.